Los engranajes son el componente fundamental en un amplio número de mecanismos de control del movimiento, así como en transmisiones mecánicas y electromecánicas.
En multitud de aplicaciones, las transmisiones por engranajes se encargan de transferir el par de torsión idóneo desde un elemento motor; siendo de hecho los sistemas de transmisión más constantes, fuertes y resistentes. Además, destacan por la gran eficiencia con la que entregan la potencia, limitando las pérdidas de energía debido al menor rozamiento entre sus superficies.
Conocer cómo operan los distintos engranajes es fundamental a la hora de optar por unos u otros en tus proyectos industriales. Siguiendo esta idea, es fundamental estudiar en profundidad cómo se engrana el engranaje y los flancos del diente del piñón, pensando en diseñar una transmisión suave y rotatoria (manteniendo una relación de velocidad angular constante). Este es el kit de la cuestión dentro del cálculo de engranajes. Para afrontar este complicado proceso, empecemos por definir correctamente la terminología más crítica que rodea a los engranajes:
Dominar estos conceptos es fundamental para el correcto cálculo de engranes. A continuación, una vez definidas estás cuestiones, podremos determinar los tipos de engranajes que mejor encaja con nuestra transmisión. Es importante que atendamos a las propiedades o particularidades de cada uno.
Llegados a este punto, conviene recordar que los engranajes están muy estandarizados, tanto en la forma de sus dientes, como respecto a su tamaño. Así, la American Gear Manufacturers Association (AGMA) difunde los estándares para el diseño, manufactura y ensamblado de engranajes.
Tabla de módulos de engranajes y pasos estandarizados (UNE 3121)
Por lo general el diseño y cálculo se articula sobre estos elementos fundamentales:

Engranaje Recto